Cerraduras en
Las cerraduras en persianas metálicas como elemento de seguridad
Cerraduras en Persianas metálicas: Las persianas metálicas son un elemento de seguridad excelente que nos ayuda a mantener seguro nuestro negocio o vivienda, y como aprovechan el espacio, aportan un ahorro en metros cuadrados que nos permite destinar ese espacio para otros elementos.
Son uno de los mecanismos más utilizados para las fachadas, balcones, terrazas, locales, etc. Y ya sea enrollable, de ballesta, eléctricas o de cualquier otro tipo, la mejor manera de protegernos es instalando una cerradura acorde a la persiana metálica. Las cerraduras de este tipo de persianas tienen dos partes principales, el cabezal y el vaso de profundidad.
El cabezal de la cerradura se instala en la parte baja de la persiana metálica y sirve para abrir y bloquear la persiana, teniendo el bombín dentro. Puede ser de alta seguridad y de máxima resistencia. Por otro lado, el vaso de profundidad va incrustado en el suelo del local o de la vivienda y se instala con cemento de alta resistencia para poder agarrar y bloquear el cabezal de la persiana metálica. Como este tipo de persianas se encuentran en el exterior, las cerraduras apropiadas para ellas son resistentes al agua, a la manipulación y a los cambios de temperatura, son extremadamente resistentes.
Además, algunos modelos incluyen una protección en forma de tapa que evita que el cilindro se llene de polvo y suciedad, que con el paso del tiempo podrían deteriorar el mecanismo. En el conjunto de la persiana metálica, la pieza que sirve para mantener el cierre es el pestillo.
Debe estar hecho en acero inoxidable de la más alta calidad. Este pestillo nos permitirá de manera fácil cerrar el candado e impedirá que puedan forzar la cerradura y la persiana. Dónde se ubica el cilindro también es importante, si se coloca en la parte superior acumulará suciedad y humedad que acabarán por estropear la cerradura.
El mantenimiento de estas cerraduras
El mantenimiento de las persianas metálicas es muy sencillo, y si es motorizada prácticamente no tendremos que ocuparnos de nada, habrá que vigilar que estén limpias, y no lubricarlas en exceso pues esto haría que se pegara más suciedad y polvo en los laterales y la persiana no rodaría de manera correcta. Cada cierto tiempo es importante revisarlas por si hubiese alguna pieza deteriorada y hubiera que cambiarla, y si se diera el caso de que no abre bien, en ningún momento hay que forzarla pues podrías terminar de estropear el mecanismo y la reparación sería mucho más cara, y por supuesto no intentes abrirla con la ayuda de otro objeto.
Para limpiar las lamas de la persiana no hay que usar productos químicos abrasivos porque dañarían el lacado y la protección que incluye la persiana metálica. Con respecto a las guías de las persianas, se tiene que intentar mantenerlas muy limpias, quitando el polvo o pequeños elementos que puedan hacer que la persiana se atasque o que deje de funcionar, es conveniente comprobar de vez en cuando que no haya nada que moleste la subida y bajada de la persiana metálica.